martes, 11 de septiembre de 2012

El diario de Greg 2: La ley de Rodrick


Autor: Jeff Kinney

Este libro es la continuación del Diario de Greg: Un chico en apuros. La historia anterior terminó en Junio, por lo tanto, esta secuela comienza en Septiembre. Esto se debe a que el cuento está ambientado en Norteamérica y ahí las actividades escolares empiezan en este mes.

Cuando la escuela inició, todos se alejaban de Greg, ya que aún poseía la maldición de queso, pero se las ingenió para transferirla a un chico nuevo que no sabía nada de esto. A lo largo de las clases, su mejor amigo, Rowley, lo quería imitar en todo, hasta que Greg llegó a un punto crítico cuando Rowley les pidió a sus padres un diario como regalo de cumpleaños.

El libro recibe su nombre porque Rodrick, el hermano de Greg, está siendo mucho más irritante que nunca. Pero Greg no puede hacer nada, porque su hermano sabe algo muy vergonzoso de él, y amenaza con confesarlo si Greg se pone en su contra.

Este acontecimiento se da cuando él y sus padres fueron a la casa de su abuelo. Como Greg estaba aburridísimo, se puso a escribir en su antiguo diario, pero Rodrick lo vio y se lo quitó para leerlo. No lo logró porque se tropezó y Greg lo recuperó. Greg se encerró en el baño y lo rasgó para destruirlo. Sin embargo, no se había dado cuenta de que entró al baño de damas. Desde entonces, Rodrick amenaza con contar la historia.

Casi al final del año, en el concurso de talentos, Rodrick y su banda tocaron y éste le pidió a Greg que grabara, pero se negó. Entonces la mamá de ambos grabó la presentación, la cual saló muy mal, porque se grabó a ella misma haciendo comentarios y bailando durante la canción. Rodrick le echó la culpa de lo mal que había salido el video a Greg, hasta que finalmente confesó lo que había sucedido con Greg en las vacaciones.

Pero Greg se salió con la suya, porque cuando llegó a la escuela, la historia se había deformado tanto que sucedió  que Greg era una especie de “infiltrador”. Y nuevamente las cosas salieron bien para Greg Heffley.


Este libro me gusta mucho, porque es muy divertido. Por otro lado, el autor solo quiere fascinar al público, y no aporta un contenido cultural. Fuera de eso, este libro es atractivo para personas de todas las edades.