El Horla, cuento escrito por Guy de Maupassant (05/08/1850 - 06/07/1893), es una
historia muy interesante y simple, narrada en forma de diario anónimo, que nos
cuenta cómo el protagonista descubre la presencia de un ser sobrenatural que lo
acompaña y lo espía.
Inicialmente, el protagonista cree que está enfermo, de
hecho, tiene fiebre y dolor de cabeza, así que un doctor le recomienda dieta y
duchas frías. Pero al ver que los problemas persisten, el hombre se preocupa
mucho. Y más cuando se da cuenta de que no puede dormir, porque tiene
pesadillas horribles y el presentimiento de que alguien lo observa por las
noches.
Un día, sin querer, deja una jarra de agua y un vaso de
leche en su mesa de noche, ambos medianamente llenos. Su sorpresa fue ver
que la mañana siguiente, la jarra y el vaso estaban vacíos, por lo que el
hombre intuye que realmente alguien entra a su recamara por las noches.
Queriendo olvidar los acontecimientos que había sufrido,
decidió viajar por unos días, para relajarse. El hombre se sintió como nuevo
durante su salida, estaba como si nunca hubiera enfermado. Pero al volver a
casa, nuevamente recayó en el insomnio. Y le ocurrió lo mismo con la leche y el
agua. Definitivamente alguien lo acompañaba todas las noches y lo perturbaba.
Días más tarde, en un paseo por su jardín, ve que las
plantas han florecido, así que se acerca a olerlas, pero cuando está a punto de
hacerlo, una flor se corta sola y se eleva de forma como si una persona la
estuviera oliendo, pero realmente no había nadie aparte del protagonista, el
cual se marea y vuelve a ver la flor cortada sobre el rosal.
Desesperado, el sujeto decide ponerse a investigar sobre su
acompañante invisible. En un libro de seres extraordinarios, descubre un
ente de origen portugués, que sólo se alimenta de leche y agua, y que
succiona el alma de sus víctimas mientras estas duermen, provocando insomnio.
El protagonista lo nombra “El Horla”.
Finalmente, el hombre enloquece y pide ayuda a sus colegas,
los que hacen caso omiso a las súplicas. El protagonista se da cuenta de
que el Horla, siendo invisible, podía sentir miedo o dolor. Así que
se encierra en un cuarto y leer. Como siempre, el Horla lo
observaba, así que decidió cerrar las persianas y salir del cuarto cuidadosamente,
dejando al Horla encerrado en la recámara. Después de esto, el hombre rocía toda la casa con combustible y la incendia, pretendiendo así acabar con el Horla y
conseguir la paz anhelada. Pero no tuvo en cuenta que los criados seguían
adentro, los cuales murieron en el incendio. Además, el hombre pudo ver que el
Horla escapaba entre las llamas y huía. Viendo que había asesinado a sus
criados y fracasado en su plan, el hombre optó por suicidase.
Este cuento me encantó por su corta duración y la capacidad de
atraparte en la lectura desde el primer momento, algo que busco y creo que
tiene toda buena historia.
Redactado por Arturo Cuya Reyes
e-mail: rcuya@yahoo.es
Teléfono: (51)(1) 996-9899-33
Redactado por Arturo Cuya Reyes
e-mail: rcuya@yahoo.es
Teléfono: (51)(1) 996-9899-33