El libro de las ilusiones es una de las mejores obras del
norteamericano Paul Auster (1947 - ). La novela se divide en dos historias: La
del narrador, el profesor David Zimmer, quien acaba de perder a su esposa e
hijos en un accidente aéreo que lo dejó muy afectado emocionalmente; y la de
Hector Mann, un actor cómico de cine mudo que con sus películas inspiró a
Zimmer para salir de su letargo y volver a su vida corriente.
David Zimmer decidió poner sus esfuerzos en algo, o
finalmente la tristeza del luto lo haría perder el juicio. Una noche mientras
cambiaba los canales de televisión para distraerse descubrió una divertida
película en blanco y negro. Esta película fue lo único que lo hizo reír en
meses, luego de la muerte de su familia, así que decidió escribir un libro de
estudio sobre las películas del actor que lo salvó de “tocar fondo”, Hector
Mann.
Investigando, descubrió que Hector había desaparecido hace
mucho tiempo, por lo que la mayoría lo consideraba muerto. Sin embargo,
misteriosamente una copia de cada una de sus doce películas había sido donada
en diversas partes del mundo. El dinero le sobraba a David, puesto que tuvo una
remuneración muy grande por la muerte de su familia. Para no malgastarlo,
decidió invertirlo en este viaje.
Meses después de publicado el libro, una mujer que firmaba
como Frieda Spelling envía una carta al profesor Zimmer, donde le comenta que
es la esposa de Hector Mann, quien según ella sigue vivo. También le pide que
vaya a verlos inmediatamente, pues Hector está enfermo y luego de leer su libro
quiere conocerlo.
Obviamente David cree que es una broma de algún lector.
Varias veces intentó Frieda convencer a David para que fuera a visitarlos, pero
al no dar información relevante, este no le creyó.
Un día, David iba conduciendo por una carretera bajo una
lluvia torrencial. Al haber tomado un poco de alcohol, perdió sus capacidades
normales de conducción, y la pista mojada no mejoraba la situación. Luego de
conducir un rato, se estrelló.
Furioso por el choque, aunque ileso, David condujo a casa
con más cuidado. Al llegar se encuentra con una misteriosa joven que lo
intercepta y le dice que es una enviada de Frieda Spelling. Su nombre es Alma.
David insiste en que la noche ha sido demasiado mala para él, y que no la
recibirá por muy verdaderas que sean las cartas de Frieda.
Luego de una estresante conversación, ambos empiezan a subir
la voz. Alma, asustada, saca un revólver y le apunta, pero David se lo quita y
hace un gesto de suicidarse, de donde deducimos que su situación psicológica
sigue afectada por la muerte de su familia.
David aprieta el gatillo, pero este no responde. Alma había
olvidado quitar el seguro. David estaba tan convencido de que el arma no tenía
balas, que se sintió muy estúpido al estar a punto de matarse.
Ambos se rindieron, y se pidieron disculpas. David, luego de
reflexionar bien el asunto, le dijo a Alma que la acompañaría a ver a Hector, y
que podía dormir en la sala si quería. A mitad de la noche, Alma se escabulló
en la cama de David, lo besó y quedaron dormidos.
Al día siguiente, tomaron un vuelo hacia Nuevo México, que
era el lugar de residencia actual de Hector. Durante todo el trayecto, Alma le
contó lo que realmente había pasado con Hector luego que desapareciera.
Hector trabajaba para un tal señor Hunt, en los estudios de
grabación Kalleidoscope. Grabó doce
películas en el plazo de un año, pues no tenía presupuesto para hacer grandes
producciones, aún así fue uno de los mejores actores del cine mudo de la época.
Siendo un actor medianamente famoso, conoció a la reportera
Brigid O´Fallon, de quien se enamoró profundamente. Eran amantes, pero su
relación no estaba muy definida. Luego Hector conoció a la actriz Dolores Saint
John, quien a su parecer era mucho más bella que Brigid y decidió que debía ser
su mujer. Al enterarse Brigid mantuvo una decisiva conversación con Hector,
donde le explicó que no podía casarse con Dolores puesto que era Brigid quien
realmente lo amaba. Hector no hizo caso y se marchó, pensando que Brigid lo
superaría, puesto que para él, solo eran un par de amantes.
Sin embargo, meses después Hector se casó con Saint John.
Despreocupado por Brigid, sigue su vida cotidiana, sin enterarse que esta a
partir de la noticia de su matrimonio intentó suicidarse.
Brigid estaba destruida. Pasó varios meses en un hospital
psiquiátrico, pero se recuperó al enterarse que estaba embarazada y esperaba un
hijo de Hector. Cuando fue a contárselo, la recibió Dolores Saint John, quien
no sabía nada de Brigid. Asustada por la visita y las acusaciones que Brigid le
hacía, le apuntó con un revólver, pero antes de poder calmar a Brigid, el arma
se disparó, acabando con su vida.
Hector y Saint John decidieron hacerse cargo del cuerpo, de
otra forma la carrera de ambos desaparecería. Luego se separaron y Hector dejó
la ciudad, en el momento en que todos creyeron que “desapareció”.
Al mudarse, Hector decidió ser lo más duro posible consigo
mismo, al no haber recibido castigo por su crimen. Cambió su nombre a Herman
Loesser y abandonó la ciudad. Pronto, en su exilio, encuentra a la hermana de
Brigid, Nora O´Fallon, a quien conoce profundamente, pues consigue trabajo en
la tienda del padre de Nora.
El señor O´Fallon nota la amistad que hay entre Nora y
Hector y propone a su empleado que se casen lo más pronto posible. Hector
saborea la idea por un momento, pero se recuerda el castigo auto impuesto y
abandona el trabajo al día siguiente.
Hector decide acabar con su vida en ese momento, así que va
un hotel para suicidarse sin que nadie lo detenga. Sin embargo reflexiona y
termina en una casa de citas, según él para sentir algo de placer antes de la
muerte.
Ahí conoce a una prostituta llamada Sylvia Meers, quien
reconoce su potente virilidad y le propone tener relaciones sexuales en vivo,
argumentando que será un gran negocio.
Efectivamente, consiguen mucho dinero por la abundancia de
clientes. Sin embargo meses después Sylvia se entera del pasado de Hector y lo chantajea
entregándole un porcentaje menor al normal luego de la paga de una
presentación.
Para variar,
Hector la abandona y se vuelve a mudar, esta vez a un pueblo de Ohio. Al entrar
a un banco observa que tiene a una hermosa joven haciendo cola justo al lado de
él. Momentos después, un asaltante en el banco y al ser esta joven la más
cercana a la puerta, la toma como rehén.
En un acto heroico, Hector se abalanza contra el ladrón y lo
aparta de la joven, dándole tiempo al guardia de seguridad para abatirlo.
Aunque el peligro terminó, Hector está herido.
La joven resultó ser Frieda Spelling y posteriormente le
ayudo con su tratamiento. Luego se casaron y fueron de luna de miel a Nuevo
México, donde decidieron quedarse.
Frieda convenció a Hector de hacer películas de nuevo, para
superar la muerte del primer hijo que tuvieron. Así pues, Hector decidió tomar
el papel de director e hizo varias películas, con la condición de que nadie las
vería. En su testamento, explicó que luego de su muerte las películas debían
ser quemadas.
Cuando llegaron al rancho, David y Alma visitaron la casa de
Hector. Aquí finalmente David conoce a su ídolo en persona, aunque por muy poco
tiempo debido a lo débil que lo dejaba su enfermedad.
Al día siguiente, Hector murió. El problema era que David
aún no había visto las películas. Alma lo lleva a una sala de proyecciones e
intentan ver la más corta, pero no tienen suficiente tiempo, pues el contrato
dice que las películas deben quemarse dentro de las 24 horas siguientes a la
muerte.
Alma pasa el resto del día con Frieda quemando las
películas. A David no le permitieron ayudar pues “era cosa de familia”. Él lo
tomó como un insulto, pero no se quejó.
Cuando Alma volvió, exhausta, David le propuso que se mudase
con él. Alma aceptó y le dijo que la espere unos días para preparar sus
maletas. Como David no tenía nada que hacer ahí, se marchó a su hogar,
esperando a Alma.
Una semana después, Alma descubre a Frieda quemando hoja por
hoja el libro que Alma había escrito durante años, que era la biografía de
Hector. Al verla, Alma se queda estupefacta y lo primero que atina a hacer es
gritarle y empujarla. Luego va a su habitación, a ver si su ordenador sigue
donde lo dejó, pues tenía una copia del manuscrito. Cuando no lo encontró, se
echó a llorar un buen rato. Al salir vio la consecuencia de su decisión: Había
matado a Frieda del empujón.
Cuando lo descubre, manda un fax a David,
explicándole lo que pasó. Luego se suicida.
El libro termina con David contándonos que luego de la
muerte de Alma pudo superarla. Se casó, tuvo hijos y al igual que el famoso
escritor Chateaubriand, publicó esta obra muchos años luego de su muerte.
En esta novela destaca mucho el trabajo en la psicología de los
personajes, es decir, la personalidad de cada uno. También la descripción de
cada escenario de la vida de Hector y David. No cabe duda que Paul Auster es un
escritor de talento excepcional.
Especialmente quiero agradecer a mi hermano Daniel Cuya Coello por
obsequiarme esta obra. La disfruté mucho y lo mejor es que pude compartirla
con otras dos personas.