Intro: Este cuento trata sobre un aviador que se pierde en el Sahara y cuando quedó medio moribundo, lo despertó un jovencito con aspecto de Principito.
Cuando este aviador era solo un niño, le interesaba mucho las historias de la selva. A sus 6 años, dibujó una boa constrictor haciendo digestión de un elefante. Luego le mostró este dibujo a los adultos, pero ellos no podían ver el interior de la boa, así que pensaron que era un sombrero. Así creció y dejo sus imaginaciones para convertirse en aviador.
Un día, este aviador viajo hasta el Sahara, pero su motor falló, y tuvo que aterrizar ahí. Cuando, al día siguiente, fue despertado por un niño con apariencia de pequeño príncipe. Éste le pidió que le dibujara un cordero, pero al final recibió el dibujo de una caja, donde, supuestamente, estaba el deseado cordero.
Cada día el aviador conocía mas sobre el Principito, cómo era su planeta, porque él no era un ser terrestre, cuál era su rutina, etc. Pero antes de llegar a la tierra, el Principito había conocido otros planetas minúsculos como el suyo.
Éstos planetas solo tenían un habitante, a excepción del primero, donde vivía un rey, que no sabía qué gobernar, y una rata. En el segundo vivía un vanidoso, que quería que todos lo aclamaran, pero como él era el único habitante, obligó al Principito que le aplaudiera, pero éste se aburró y se fue. El tercer planeta que conoció el Principito estaba habitado por un bebedor que bebía para olvidarse la vergüenza que tenía de beber. El cuarto planeta estaba habitado por un hombre de negocios que decidió reclamar las estrellas como suyas, contarlas y guardarlas en un banco, que era solo una hoja donde las contaba.
El quinto planeta, estaba habitado por un farolero, que apagaba su farol según era de noche o era de día, lo cual era muy difícil, porque en ese planeta, los días duraban un minuto. En el penúltimo planeta, habitaba un geógrafo, pero no pudo escribir su libro, porque no tenía exploradores, entonces quiso contratar al Principito como explorador, éste se negó, entonces el geógrafo le recomendó que visite la Tierra.
Así que, volviendo con el aviador, al Principito le faltaba poco para culminar su viaje, entonces una serpiente le dijo que su planeta estaba muy lejos, y que la única forma de volver, era a través de una picadura suya. El aviador se negó, pero el Principito no hizo caso. Le dijo que cuando por las noches mirara el cielo, las estrellas se reirían como él, y el aviador no lo olvidaría jamás. Entonces, el Principito se dejó picar y ascendió a su planeta, dejando su cuerpo como si fuera una vieja corteza.
Lo que más me gustó fue que el Principito era la representación del aviador cuando era un niño.
Nota: El nombre del Principito y del aviador no se mencionan en la obra.
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