Dichos de Luder es un libro de aforismos, corto, de 70
páginas. En él, Ribeyro demuestra su capacidad creativa al inventar un
personaje llamado Luder, quien Ribeyro afirma conocer, cuando este realmente es
ficticio.
El trabajo que destaca se encuentra en la introducción. Esta
es un pequeño comentario acerca de los aforismos. Aquí es donde Ribeyro nos
cuenta sobre sus experiencias con Luder, en Francia.
Según Ribeyro, Luder es un magnate que vive en París en un
Barrio Latino. Era un hombre solitario. Sólo vivía con su criada y sin más
compañía que sus numerosos libros. Algunas veces recibía a jóvenes curiosos que
habían leído su obra o a damas que lo acompañaban por un fin de semana.
Era un escritor desconocido, pues solo había publicado un
libro que había tenido casi nulas ventas. Se explica que su soledad
característica no es por la mediocridad de su obra, sino por el carácter
sarcástico y crítico de Luder, que más tarde se muestra en sus aforismos.
La introducción acaba cuando Ribeyro nos cuenta que un día
Luder, queriendo poner a prueba su capacidad para estar solo, decide liquidar
sus bienes y mudarse a Urubamba, Perú para vivir como un ermitaño.
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Para mí, esta obra tiene un mérito doble, pues Ribeyro es
capaz de ilustrarnos a todo un personaje en solo 7 páginas. Además, la
invención de los cien aforismos.
A continuación, tres aforismos que nos ilustran para
comprender un poco más la personalidad de Luder:
79.- –La única
manera de vivir muchos
años es estando siempre un poco en-
fermo –dice Luder–. La muerte es
un usurero que prefiere cargar prime-
ro con la buena moneda.
años es estando siempre un poco en-
fermo –dice Luder–. La muerte es
un usurero que prefiere cargar prime-
ro con la buena moneda.
80.- –Detesto dar consejos
literarios –
dice Luder–. Pero si algún joven
insiste en pedírmelos le responderé
como un guardia de tránsito: evitar
los cruceros, tomar las avenidas.
dice Luder–. Pero si algún joven
insiste en pedírmelos le responderé
como un guardia de tránsito: evitar
los cruceros, tomar las avenidas.
85.- Luder pasa rápidamente delante de
un mendigo que le extiende
plañide-
ramente la diestra.
–¡Puerco! –grita el pordiosero–.
Luder se detiene y regresa sonriente
con una moneda en la mano.
–Sólo esperaba que me llamaras por
mi nombre.
ramente la diestra.
–¡Puerco! –grita el pordiosero–.
Luder se detiene y regresa sonriente
con una moneda en la mano.
–Sólo esperaba que me llamaras por
mi nombre.
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Sobre el libro:
Título: Dichos de Luder
Segunda edición / 1000 ejemplares
Ilustraciones: Lorenzo Osores
Colofón y notas: Jorge Coaguila Quispe
ISBN: 978-612-46170-8-9
Segunda edición / 1000 ejemplares
Ilustraciones: Lorenzo Osores
Colofón y notas: Jorge Coaguila Quispe
ISBN: 978-612-46170-8-9
Lápix editores / Serie Numem.
Redactado por Arturo Cuya Reyes
e-mail: rcuya@yahoo.es
Teléfono: (51) 996-9899-33
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