Esta novela corta, escrita por Robert Louis Stevenson (Escocia 1850 –
1894) narra la aventura del joven Jim Hawkins, tras encontrarse con un pirata
que, al morir, por la confianza y la amistad que habían tenido, le deja el mapa
del tesoro del viejo Capitán Flint.
Una tarde, en la taberna – hostelería llamada “Almirante
Benbow” llega un viejo pirata de nombre desconocido, de apariencia
andrajosa y desaliñada. Al entrar a la
taberna, el viejo pide un poco de ron, y empieza a conversar con el muchacho
que lo atendía, que era Jim Hawkins, hijo del dueño de la hostelería.
Poco a poco, el muchacho se dio cuenta que el pirata,
cuyo nombre era Billy Bones, se rehusaba a abandonar la posada y a pagar su
estancia. La razón era que Bones estaba siendo perseguido por sus antiguos
camaradas porque había huido con el cofre que contenía el mapa de la isla del
tesoro.
Tiempo después, Billy empieza a enfermar y fallece en las
manos del doctor Livesey. Entonces Jim decide ocultar el cofre porque sabía que
pronto los perseguidores de Bones lo iban a emboscar. Y asi fue, una noche
llegaron los piratas y destruyeron la taberna buscando el mapa, pero era tarde
porque Jim, su madre y el doctor habían huido para mantener a salvo el mapa.
Se reunieron con el alcalde Squire, el caballero John
Trelawney. Junto a él, financiaron la expedición para buscar el tesoro, asi que
contrataron una tripulación y compraron un barco. Días después embarcaron hacia
la isla.
Ya en la isla, hubo un motín organizado por el cocinero John Silver “El largo”. Al enterarse el capitán de la
tripulación, llamado Smollet, reunió a los que aún eran leales en una
empalizada que años atrás habían construido los que enterraron el tesoro.
En una noche de vigía, Jim escapó de su puesto y fue a
investigar a los amotinados. En esto, se encontró con un náufrago, llamado Ben
Gunn, que fue abandonado por el Capitán Flint años atrás. Él le explicó que sabía
la ubicación del tesoro y le prestó una pequeña balsa para que siguiera
buscando el barco, que estaba con los amotinados.
Cuando encontró el barco, los piratas estaban en tierra,
borrachos, asi que aprovechó para llevárselo y lo varó al otro lado de la isla.
Mientras tanto, John Silver encontró la empalizada, ante esto, el doctor Livesey se rindió, y junto a sus colegas abandonó su base,
dejando todas las provisiones y las armas sin motivo alguno. Solo mencionó que
cuando llegara al lugar del tesoro, se iba a encontrar con un dolor de
cabeza.
Efectivamente, el doctor y la tripulación leal habían
llegado al lugar del tesoro, pero solo habían encontrado una zanja vacía. El
tesoro ya había sido saqueado.
Esto tuvo sentido cuando Jim llegó con el doctor junto a Ben
Gunn que mientras había estado en la isla, movió todo el tesoro a una
cueva cerca de ahí. Al saberlo, la tripulación hizo un trato con Silver: Si
los ayudaba a recuperar el tesoro y a deshacerse del resto de amotinados, Silver no
iba a ir al tribunal cuando llegasen a tierra.
Asi fue como se llevaron el tesoro de vuelta a casa y a Ben
Gunn de retorno a su hogar. En el trayecto, Silver escapó con un costal de
doblones en una lancha, pero la alegría de volver a casa hizo que no les
importara. Repartieron el tesoro y todos volvieron a sus vidas normales.
Esta novela me gustó mucho porque es la primera novela de
piratas que leo, y realmente creí que sería algo muy aburrido, pero realmente
fue placentero leer esta obra.
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